Cuchitril de Pensión Mesa
Si montaba en un burrico 
tropezando en piedras rosas
con el aliento hecho añicos 
de suplicar cualquier cosa 
la lengua medio estrolada
de sequedad bien porosa
y entrecerrados los ojos
iba mentando a la madre
como un cuchillo sin filo 
que se clavaba en el bozo 
donde orlaba una barbita 
de patota estudiantil: 
vení gil, hoja de palma, 
bombero que apaga el fuego
de la poesía civil.
Los cartones te los dejo
para que te fabriqués vivienda,
y también un cacho e´tinta
por si te animás a contestar 
a este chapín guachón
que viene trepando solo
los riscos de la montaña
las sierpes de la llanura
tomando a veces de la dura
y otras veces de la blanda
como dijo un cuate Ocaña 
había que darle rosca
a la mosca que vos sos.
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